Los labios de Henar y Louis se empezaron a rozar hasta que por fin los juntaron, provocando una sensación de pasión que nunca antes había sentido ninguno de los dos. Henar mordió suavemente el labio de Louis provocando una sonrisa en los labios del chico, ese beso duró unos largos segundos que para ellos sin ninguna duda fueron unos de los segundos más bonitos de su vida y que tardarían en poder olvidar.
No muy lejos de donde estaban ellos sentados, en medio de la pista de baile, estaban María y Zayn, ambos bailaban muy juntos al ritmo de la música del local, se notaba que María era una persona sin mucha vergüenza y segura de sí misma. Eso era un detalle que a él le gustaba, María no intentaba impresionarle solo era como ella era siempre y así era la chica que le gustaba a Zayn sin inseguridades y sin miedo a no ser perfecta. El chico bailaba siguiendo a la chica a su lado, una sonrisa pícara se dibujaba de vez en cuando en su cara y muchas miradas se cruzaban con las de la chica.
Zayn quería hablar con esa chica a solas, había algo en ella que le fascinaba, que le tenía intrigado. Puede que fuera la manera en que la chica se comportaba, a ella le daba igual que él fuera famoso o no, le trataba como a un chico mas, un chico normal, y esa sensación hacía mucho que Zayn no la sentía y le gustaba, le gustaba recordar cómo era estar así con una chica sin que su nombre y apellidos importaran.
El chico volvió a dirigir su mirada a la chica que estaba a su lado, pero en ese momento vio que la chica ya no estaba tan cerca de él como él creía. María estaba a unos tres metros del moreno de One Direction y estaba bailando con otro chico, un chico castaño con ojos azules que parecía un deportista de algún equipo universitario. La expresión de Zayn cambió, para él esa chica empezó siendo un juego, un juego que empezó el día que la conoció y le hizo una foto para tener la imagen de esa chica que tanto le llamó la atención, pero la cosa cambió cuando decidió subirla a twitter, allí muchas fans preguntaban si esa era su novia, si estaba enamorado y si la quería, pero Zayn no sabía que responder a esas menciones, no porque no quisiera decir la verdad sobre sus sentimientos sino porque ni él mismo sabía la respuesta a esas preguntas.
Después de que todas esas dudas vinieron a su cabeza, desapareció, salió de ese lugar y fue hacia la puerta del local. Salió y se sentó en el suelo de la entrada mirando algún punto del horizonte. Necesitaba tomar el aire y pensar en todos los sentimientos que estaba sintiendo o estaba empezando a sentir allí dentro. Zayn sacó su paquete de tabaco y sacó un cigarro y empezó a fumar, a veces el tabaco le ayudaba a desconectar del mundo real y poder aclarar sus ideas.
Su tranquilidad no duró mucho, una chica con el pelo rizado y un bonito acento español se sentó a su lado. Ninguno dijo nada durante unos segundos, ambos miraban un mismo punto al azar del horizonte sin esperar que nada sucediese.
María fue la primera en romper ese silencio, que no era uno de esos incómodos silencios cuando no sabes que decir, sino uno de esos silencios cuando no necesitas decir nada para estar a gusto.
- Zayn, no me gusta que fumes, no me gustan los chicos que fuman.
Una sonrisa se dibujó en la cara del chico y de inmediato apagó el cigarro que tenía en la mano. Una sonrisa también apareció en la cara de la chica.
- Es bonito mirar al horizonte sin pensar nada… - dijo la chica sin sacar la mirada del horizonte, un bonito paisaje nocturno de Londres estaba delante de ellos y como en uno de sus mejores sueños podía ver las luces de la grande ciudad inglesa y los colores del London Eye iluminado.
- Pero es más bonito mirar la cara de una chica preciosa cuando ve un paisaje tan bonito como ella. – dijo Zayn mirando fijamente con sus ojos a la chica que estaba sentada a su lado.
- Vamos! – dijo ella.
María se levantó y cogió de la mano a Zayn y se lo llevo por las calles de Londres, la pareja recorría muchas de las calles más conocidas de la ciudad sin buscar nada solo por diversión, mirando todo lo que tenían a su alrededor y lo bonito que se veía todo en las oscuridad solo iluminado por la luz de la luna.
Después de casi dos horas recorriendo calles desconocidas para la chica que solo llevaba unos pocos meses viviendo en esa inmensa ciudad los dos se sentaron en un banco iluminado por una farola del St James Park.
Los ojos del chico se fijaron en los ojos de ella, esperando a decidir cual sería la siguiente acción que haría pero después de unos segundos decidió que pensar no era una buena acción que mejor era dejarse llevar por pequeños impulsos. Siempre los pequeños impulsos marcan la vida. Pensar solo sirve para tomar decisiones de las cuales siempre puedes haberte equivocado, por eso eligió el camino de seguir sus impulsos y no pensar en lo que podía pasar a continuación.
me encanta : ) sigue pronto
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